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SI EL GRANO MUERE, DARÁ FRUTO ABUNDANTE

marzo 28, 2009 por Txetxu Deja un comentario

trigoLEO LA PALABRA (Juan 12, 20-33)

Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar a Dios en la fiesta, había algunos griegos. Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron:
–Señor, queremos ver a Jesús.
 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. Jesús les dijo:
–Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo un solo grano; pero si muere, dará fruto abundante. El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre le honrará.
 “Siento en este momento una angustia terrible, pero ¿qué voy a decir? ¿Diré: ‘Padre, líbrame de esta angustia’? ¡Pero si precisamente para esto he venido! ¡Padre, glorifica tu nombre!”
Entonces vino una voz del cielo, que decía: “¡Ya lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez!”
Al oír esto, la gente que estaba allí decía que había sido un trueno, aunque algunos afirmaban:
–Un ángel le ha hablado.
Jesús les dijo:
–No ha sido por mí por quien se ha oído esta voz, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo. ¡Ahora va a ser expulsado el que manda en este mundo! Pero cuando yo sea levantado de la tierra,  atraeré a todos a mí.
Con esto daba a entender de qué forma había de morir.
  MEDITO LA PALABRA

Te propongo que contemples la imagen que adjuntamos: lo dice casi todo. Juguemos al «veo veo»…¿qué ves?
Está Jesús arrodillado en tierra. Su expresión corporal habla de entrega, de hacerse uno con la tierra. En su mano guarda una semilla, que está a punto de enterrar. Las vidas, como los granos, corren el peligro de pensar que su vida es el logro aparente, el éxito. El grano de trigo aspira a ser pan, el hombre a realizarse. Sin embargo, la vida encierra un misterio, y sólo lo descubren los que aceptan ponerse en manos de Dios.
El destino de Jesús no es su auto-realización, sino la realización del plan de Dios, que no es otra cosa sino dar la vida al mundo, a todos los seres humanos. Esto se ve en las espigas que aparecen por detrás de la imagen. Unas espigas que forman la palabra vida, y son verdes como la vida y la esperanza misma.
No obstante, el «misterio» de la vida pasa por «dar vida» dándo la vida. Por esto, al lado de Jesús y el hoyo que escaba hay un tronco clavado en vertical. ¿Aciertas a saber qué es? Si aún lo dudas, mira la sombra que proyecta…la Cruz. Y es que si el grano de trigo no muere no puede dar fruto. Si el hijo del hombre no muere no puede dar vida al mundo.
Quiero acabar con una pregunta: ¿te has cuestionado alguna vez que tiene que ver la muerte de Jesús contigo? ¿Has caído en la cuenta que todo esto se ha debido al «amor entrañable» que el Padre te tiene? Te quiere tanto que no ha perdonado ni a su Hijo querido. Todo por Ti. Todo a cambio de nada. ¿No te parece que es hora de vivir dando gracias a Dios por la vida y por todo lo que tienes? Si Dios está de tu parte….¿qué será aquello que te quite la paz, la esperanza y la vida?
Goza, disfruta y alaba el plan de Dios sobre ti.

  REZO CON LA PALABRA

Vengo ante Ti cansado y con dudas, Señor.
Me olvidé que un día Tú
me invitaste a hacer camino.

Voy preocupado por mil cosas
y agobiado por las tareas;
la vida se vacía sin Ti,
que no sé vivir lejos de tu amor.

Dame más fe, buen Dios,
despierta mis sentidos,
quiero sentirte cerca cada día,
para ver en todo, Señor, tu voluntad,
ya sabes que te necesito para ser feliz.

Tu ya conoces bien mi historia,
y conoces bien mi caminar,
y que te quiero dar lo que soy y lo que tengo.

Sabes que soy pobre y soy débil,
pero toma de mí lo bueno y lo mejor,
ayúdame a amar como hiciste Tu,
mostrándome generoso y coherente.

Que tu bondad, Señor,
transforme todo mi ser,
y que me haga más sencillo cada día.
Y dame más fuerzas hoy para amar al hermano.
Y si voy errado y me pierdo, vuelve por mí.

Traducido y adaptado de: “Tu saps”, Kairoi

-Colaboración de Salesians de Barcelona-

Archivada en: Jesús te habla, Portada

VIVIR EN LA LUZ…CREER EN JESÚS

marzo 20, 2009 por Txetxu Deja un comentario

      luz-normal  LEO LA PALABRA (Juan 3, 14-21)

Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre ha de ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
“Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
“El que cree en el Hijo de Dios no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. Los que no creen ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que viven conforme a la verdad, se acercan a la luz para que se vea que sus acciones están de acuerdo con la voluntad de Dios.”
    MEDITO LA PALABRA

Leyendo la Palabra de este domingo se me van los pensamientos hacia los jóvenes. Conozco bastantes que viajan de «negro» por la vida. Visten de negro, se maquillan de negro, pululan de noche y con demasiada frecuencia piensan también en negro. Tal vez no sea más que una estética, pero a algunos de mis jóvenes amigos les afecta a niveles más allá de la ropa. Con frecuencia tienen juicios negativos de todas las cosas, no confían nada en ellos mismos y Dios es el nombre proscrito, que jamás debería pronunciarse.
Sin querer hacer cliclés -no todos nuestros «chicos de negro» son así- sí me parece que nos hace falta LUZ. Si nuestro ámbito es la oscuridad nuestra mirada -quieras o no- se vuelve oscura y triste, por no decir desesperanzada.
Creo sobre todo en la Luz, porque da vida y trasmite vida. Y esa LUZ con mayúscula es JESÚS.
Los hombres de Iglesia podemos trasmitir ideas religiosas, credos, ritos. Pero más que nunca debemos trasmitir a Jesús, LUZ del mundo. Porque Dios nos lo envió para SALVARNOS por medio de él. Y esta es la noticia mejor que podemos ofrecer. Pues bien, si ésta es la noticia mejor, ofrezcamos una experiencia LUMINOSA de la Fe. 

La fe no es un castigo…la FE es una dicha, un placer, un beso, una brisa. Acostumbremos a vivir la FE en relación con las cosas buenas de la vida. Tan solo hace falta creer en Jesús-luz del mundo para obtener la SALVACIÓN. ¿No es tan difícil no?
Te propongo que des una vuelta por la calle, por cualquier lugar a plena luz del día, y reconozcas toda la vida que hay. Da gracias a Dios por los niños que juegan en el parque, por los padres-madres que los cuidan, por los jóvenes que se dicen sus amores, por los ancianos que siguen a pasos certeros con la vida…por tantas cosas.
Creer en Jesús es vivir en la LUZ.  ¡CREE…!

     REZO CON LA PALABRA

Aquí estoy.
Lleno de sombras y de luces, en medio de un mundo de locos.

Mis sombras… ayúdame a que se transformen en luces.
Sólo contigo brillarán.

Mis luces…. gracias por ellas.
Con ellas puedo hacer el bien a los demás.

Archivada en: Jesús te habla, Portada

DIOS NI SE COMPRA NI SE VENDE

marzo 13, 2009 por Txetxu Deja un comentario

   templo     LEO LA PALABRA (Juan 2, 13-25)

Como se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén;  y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que tenían puestos donde cambiar el dinero. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo:
–¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!
Sus discípulos recordaron entonces la Escritura que dice: “Me consumirá el celo por tu casa.”
Los judíos le preguntaron:
–¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?
Jesús les contestó:
–Destruid este templo y en tres días lo levantaré.
 Le dijeron los judíos:
–Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?
Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.
Mientras Jesús estaba en Jerusalén, en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en él al ver las señales milagrosas que hacía. Pero Jesús no confiaba en ellos, porque los conocía a todos. No necesitaba ser informado acerca de nadie, pues él mismo conocía el corazón de cada uno.

      MEDITO LA PALABRA

No sé si a ti te pasa, pero hay gente que tiene alergia a las iglesias. Algunas veces los animadores de jóvenes comentamos que hay chavales/as que les entra sarpullido con solo sugerir la idea de entrar en una capilla o hacer un rato de oración. Y está claro que el ambiente que uno puede encontrarse en un disco-bar o en un pub no es ni siquiera parecido al de los sitios oficiales de «culto». No hay color, vamos.
El templo de Jerusalén, como se puede deducir del texto de hoy, tenía su «movida» interna: vamos que había jaleo del bueno. Gente que compraba, gente que vendía. Cualquiera que se ponga a imaginar, le vendrá la imagen de un «mercadillo» en donde todo se trapichea: desde trapos de cocina a prendas más íntimas. Jesús, que pasaba por allí, se indigna, y arremete contra todos los comerciantes y feriantes del templo. Y aclara su actuación con estas palabras: «no convirtáis la casa de mi Padre en una cueva de ladrones».
Jesús es «majete» pero tiene su jerarquía de valores bien clara: lo primero de todo es Dios, su Padre. Y Este es ÚNICO, ABSOLUTO…no lo podemos confundir -parece decirnos- con los ritos, lugares o símbolos que lo representan. Vamos… que nadie tiene poder sobre Dios: que nadie debe sacar provecho de algo tan bueno y maravilloso, como es Dios. Dios es para todos y además gratis (en algo tenía que distinguirse de la cocacola).
Pero hay algo más. Dios no vive en las iglesias: ni en la de nuestro barrio ni siquiera en la del Rocío. Dios vive en TEMPLOS DE CARNE Y HUESO: aquí es donde le gusta estar. Podríamos destruir todos los templos, que Dios seguiría estando por su Espíritu en cada uno de nosotros, sus hijos. Este es el mensaje de hoy: Dios habita en Jesús -el TEMPLO por excelencia- y en cada uno de nosotros, si vivimos en sus claves.
Se me ocurre, que esta cuarema (y es el tercer domingo ya) debemos COMULGAR con Jesús, con sus ideas, valores y sobre todo, con su persona. Igual para esto puede tener sentido el ir a la iglesia: para COMULGAR SU PAN, QUE ES SU PROPIA VIDA, y de paso, para admirar, dar gracias a Dios por tu propio CUERPO-TEMPLO y el de cada ser humano, que es en donde Dios vive y goza.

       REZO CON LA PALABRA

Celo. Tener celo.
¿Y si tuviera más celo por Tu/mi templo?
Paso poco tiempo ordenándolo
y, cuando me pongo, me cuesta porque no sé ni por donde empezar…

¿Y si yo también me he convertido en un mercado?
El trabajo, los estudios, el centro juvenil… intercambio de relaciones
pero sin llegar a lo importante: el sentido.
Que todo tenga un sentido.

Ayúdame a tener celo por este templo.

Archivada en: Jesús te habla, Portada

Y VIERON LA GLORIA DE DIOS

marzo 6, 2009 por Txetxu Deja un comentario

trasfiLEO LA  PALABRA (Marcos 9, 2-10)

Seis días después, Jesús se fue a un monte alto, llevando con él solamente a Pedro, Santiago y Juan. Allí, en presencia de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Sus ropas se volvieron brillantes y blancas, como nadie podría dejarlas por mucho que las lavara. Y vieron a Elías y Moisés, que conversaban con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:
–Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
 Es que los discípulos estaban asustados y Pedro no sabía qué decir. En esto vino una nube que los envolvió en su sombra. Y de la nube salió una voz:
–Este es mi Hijo amado. Escuchadle.
 Al momento, al mirar a su alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino sólo a Jesús.
 Mientras bajaban del monte les encargó Jesús que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. Así que guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. 
  
  MEDITO LA PALABRA

Esta semana ha nevado y hace mucho frío. No me resisto a subir esa montaña tan familiar y tan maravillosa, por otra parte. Busco un poco de soledad y tal vez un paisaje nuevo y blanco.
Preparo todo y salgo de casa. A los 20′ estoy en la base del monte y comienza mi tarde de excursión. Comienzo a subir y  veo la ciudad allá abajo: aún se oyen sus ruidos, y se intuye la vida de la gente que va y viene. Sigo subiendo despacio, sin prisa. Noto la brisa en la frente y el cuerpo que tira para abajo, como dándose por vencido antes de tiempo.
Escucho el viento, percibo cómo mece las ramas a mi paso…también un par de pájaros medio asustados. Mientras voy ascendiendo pienso en mí y en lo bien que se está allí: yo, la montaña y Dios en mis pasos. Ahí justamente: en mis botas va Dios, tan inútil y tan necesario.
Abajo, el ajetreo, la fatiga permanente de quien busca trabajo, de la madre con sus niños, del profe en su clase, del pobre en su acera… Abajo, también, la idolatría…la mentira, el engaño.
Llego por fin a la cima, y se me descubre el refugio -un caserón seguro a base de piedra- el pinar, un pequeño rebaño que pasta, la zona de juegos… Acabo de llegar y tengo ganas de tumbarme en un banco de piedra. Entonces cierro los ojos y percibo todo. Siento también que Dios me percibe, con cariño, a pesar de mis fallos, de mi pecado: «Tú eres mi hijo». Y siento que nada más necesito: solo escuchar en mi corazón esta palabra que sana.
En un monte, Yahvé detuvo la mano de Abrahám contra Isaac, su único hijo, y Dios le prometió una descendencia sin límite. Abraham fue un hombre obediente a Dios: confió hasta límites increíbles. A un monte, Jesús subió con Juan, Santiago y Andrés, y les hizo partícipes de su condición de «Hijo» y les mostró la gloria de su Padre-Dios. Jesús obedeció hasta la muerte en cruz. Esa obediencia le llevo a la vida y nos abrió a todos su Reino bendito.
Sé que debo bajar: que este no es mi lugar permanente. Allá abajo está la vida, el mundo, y mis hermanos. Bajaré y en el nombre de Dios los amaré, como a hijos del mismo padre, y hermanos queridos que también son.


 REZO CON LA PALABRA

Te he encontrado. O mejor aún: Tu me has encontrado.
Aunque siempre intento huir de Ti, hoy me has atrapado.
Y es entonces que todas mis defensas se caen y te dejo hablarme.
Y así, dejo de ponerte y ponerme excusas…

Aquí me tienes. Agradecido del encuentro. Dispuesto a caminar…

Archivada en: Jesús te habla, Portada

SER O TENER…ESTA ES LA CUESTIÓN

febrero 27, 2009 por Txetxu Deja un comentario

tentacionLEO LA PALABRA (Marcos 1, 12-15)

Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí vivió durante cuarenta días entre las fieras, y fue puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían.
Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: “Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Volveos a Dios y creed la Buena Noticia.”

  MEDITO LA PALABRA

Cada tarde salgo de casa, y me adentro en un desierto de luces, ruidos, pisadas que van y vienen. Estoy rodeado de coches que rugen, voces que me acorralan, risas que no entiendo. Después de caminar por calles y avenidas siento hambre. Pero no de comida-basura…necesito calor, una voz íntima que me ayude a ser el que en verdad soy.
Tal vez, esta ciudad que me envuelve sea el «Desierto» que Dios me concede, para recuperar el aliento, las razones y la lucidez. Dios siempre lleva a los suyos al desierto para hablarles allí al corazón. Entre tantas cosas veo el valor de lo necesario y el estravío de lo supérfluo: «No solo de pan vive el hombre,sino de la Palabra que sale de la boca de Dios.
Durante esta cuaresma, seguiré caminando, cada tarde a un ritmo distinto…despacio para colocar tantas cosas en su sitio. Y así despacio y en silencio tomar aire y seguir dando lo mejor de mí cada día.

¡Venga! Coge la agenda y busca tú también el momento para tu “desierto”.

  REZO CON LA PALABRA

Necesito respirar. Tomar un trago de aire nuevo.
Y así podré caminar por las sendas que nos dejaste…

Necesito parar. Llorar por todo aquello que me duele.
Y sentir tu mano que enjuga mis lágrimas…

Necesito volver a empezar. Hacer de nuevo la mochila
y empezar a caminar, sabiendo que Tú estás a mi lado.

Archivada en: Jesús te habla, Portada

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