Hace ya mucho tiempo, cuando existían los castillos, se encerraban en las almenas a las princesas. En somalo, aún hoy hay doncellas cautivas, esperando que las liberen. Son las doncellas de la buena amistad, la de la cooperación, la de la fiesta, la de tantos sentimientos profundos que durante este mes y medio liberamos en compañía de los demás.
Esta será desde hoy la sección de la cosas que día a día nos vayan sucediendo en nuestra fantástica casa de Somalo. Vais a ser vosotros, niños/as, chavales/as los que la escribáis. Serán reflejo de tantísimos sucesos como viviréis, de esos que no se escriben y que se guardan en el armario interior, también llamado “almario”. Pero éstas sí, las escribiremos porque lo que no se libera se queda encerrado para siempre. Y Somalo es sobre todo DIVINA LIBERTAD.