somalojoven tu punto de encuentro

  • Grupos ‘Somalo Joven’
    • Fotos
      • 4º Primaria-Somalo
      • 5º Primaria-Logroño
      • 6º Primaria-Logroño
      • 3º ESO-Somalo
      • 4º ESO-Somalo
    • Entrevistas
  • Blogs
    • Buenas noches, mi Dios
    • youcat
    • Desde Alzuza
      • Taller de oración
    • Cuestión de fe
    • Jesús te habla
    • Mirada joven
    • Seguidor de Jesús
    • jovenes
    • Testimonios
Estás aquí: Portada / Archivos paraJesús te habla

«LO QUE DIOS HA UNIDO QUE NADIE LO SEPARE»-Dom.XXVII

octubre 2, 2009 por Txetxu 1 comentario

LEO LA PALABRA (Marcos 10,2-16)

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba: ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?
El les replicó:
– ¿Qué os ha mandado Moisés?

Contestaron:
– Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.

Jesús les dijo:
– Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer.Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo:
– Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
– Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

MEDITO LA PALABRA

El evangelio de hoy nos habla de una cuestión debatida en tiempos de Jesús y también en los nuestros: el divorcio. A Jesús se acercan los fariseos, para preguntarle sobre sobre esta cuestión jurídica: «¿Puede el marido repudiar a su mujer?». Marcos dice que le preguntan «para ponerlo a prueba». La postura del judaísmo oficial era clara: existía la posibilidad de disolver legalmente casi todos los matrimonios y el divorcio estaba previsto en la ley. Entonces, ¿a qué preguntar a Jesús?
Los fariseos conocen bien la ley de Moisés en la que estaba permitido repudiar a la esposa. Quieren conocer la postura de Jesús, tan original en sus respuestas. Y de verdad que también aquí lo es. La respuesta de Jesús va más allá de lo jurídico. El se mueve en unas claves en las que no hay Ley, ni normas, ni preceptos.La ley tuvo que escribirse a causa de la dureza de corazón de los israelitas, les dirá Jesús. La «dureza de corazón» les impedía acoger el designio de Dios: un designio de amor, de comunión, de armonía en las relaciones, de complementariedad y compenetración recíprocas entre el hombre y la mujer.
Lo sorprendente es que más allá de la ley no hay caos, como podría suponerse. Cuando uno entra en la mente de Dios y en su proyecto de Amor, lo que hay es una llamada al compromiso, a la armonía, al perdón sin límite, al poner a la otra persona por encima de mis propios intereses o apetencias.
Después de esta escena, Jesús se va con los suyos a casa y allí tiene lugar una escena con niños. Los discípulos intentan echarlos, y Jesús los quiere tener cerca. Es más, les ayuda a comprender aún un poco mejor ese Plan alternativo de Dios. Para entrar en la dinámica o «locura» del Reino de Dios hay que ser como niños; sino es imposible. Porque solo los niños son capaces de ver con ojos limpios la realidad; sólo ellos son capaces de confiar en alguien mayor; sólo ellos son capaces de amar incondicionalmente y de necesitar a los demás, como seres indefensos que son.
Te recomiendo volver a leer despacio el texto del evangelio, y después preguntarte delante de Dios:

– ¿Qué es lo que busco en mis relaciones de pareja? ¿Voy de conquistador, de ser superior? ¿Qué me aporta mi novio/a, esposa/o?

– ¿Necesito a Dios y su capacidad de amarme incondicionalmente para amar a los demás de forma no egoísta?

REZO CON LA PALABRA

Escucha esta canción y conviértela en oración. Pide a Dios capacidad de amar y perdonar sin límite

Imagen de previsualización de YouTube

Archivada en: Jesús te habla, Portada

JESÚS DICE: ¡PRIMERO EL ÚLTIMO!

septiembre 18, 2009 por Txetxu Deja un comentario

servirLEO LA PALABRA (Marcos, 9,30-37)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.»
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»

Palabra del Señor

MEDITO LA PALABRA

A veces empleamos la expresión «diálogo de besugos» cuando las personas que hablan son incapaces de entender lo que se dicen mutuamente. Hoy en el evangelio aparece un típico «diálogo de besugos». Resulta que Jesús va instruyendo a sus amigos, sin gente alrededor; y les va hablando precisamente de un amor que va a ir hasta el final, hasta la muerte. Jesús les está hablando de sí mismo.
De mientras los otros haciéndose los «suecos», o como algún estudiante de la ESO que no entiende nada y encima no se atreve a preguntar. Lo que a estos discípulos les pedía el cuerpo (o el «ego») era quién de ellos era más importante.Seguían pensando que su amigo Jesús iba a tomar el poder en Jerusalén y que ellos serían «ministros» o algo parecido en un futuro gobierno. Vamos que no entendían lo que el mismo Jesús les estaba contando: él no venía a tomar ningún poder, sino a darlo todo, incluída su propia vida.
En casa, Jesús les pregunta de qué habían hablado; y hace algo sorprendente: acerca a un niño, y después de abrazarlo lo pone como ejemplo. ¿Qué quería decir Jesús con este gesto? Pues algo tan sencillo como esto: que los que quieran ser «colegas», es decir «seguidores» de Jesús deben ser como niños. Ello quiere decir, que deberíamos por empezar a entrenarnos en esto:

– Fiarse de papá Dios (Fe)
– Hacer los «recados» con alegría (servir sin poner precio a lo que hacemos)
– Jugar y jugar con los demás a este bonito juego que es la vida (Hacer grupo-comunidad)

Ser seguidores de Jesús es sobre todo esto: «Hacerse niños» «Vivir como niños» «Confiar como niños». Tal vez Dios no sea ese abuelo de barba blanca, sino cada uno de esos niños que empiezan a corretear por nuestros patios, aulas y grupos. A ver si resulta que Dios -Él no lo quiera- nos visita este año con disfraz de «enano» y seguimos «programando» la manera de encontrarlo. 

REZO CON LA PALABRA

A veces Dios tiene muchas voces
y habla en la expresión de un bebé,
en la luz del sol que acaricia la piel;
o es más cercano y habla en las personas,
o es presencia y habla en la Eucaristía.
Puede ser el murmullo de un río
o el sonido potente del mar.
A veces Dios habla al oído
y su Palabra llega al corazón.
A veces es como un grito entre la gente…
Dios también habla en el silencio
No calla ni cuando la tormenta atrona,
ni cuando la marea te ahoga,
ni cuando la gente te lleva,
ni cuando llega el dolor.
Aunque la fe a veces parezca un agua cogida con las manos,
aunque parezca que la oscuridad no se va a acabar,
al otro lado está tu luz para guiar mi camino
sólo tengo que ponerme a andar.
En mi pequeñez eres grande, en mi silencio eres canción.
A veces, Señor, hablas tan claro…
siempre te oigo en mi corazón

Archivada en: Jesús te habla, Portada

¡ABRETE!

septiembre 4, 2009 por Txetxu Deja un comentario

efetaLEO LA PALABRA (Marcos 7, 31-37)
Jesús volvió a salir de la región de Tiro y, pasando por Sidón y los pueblos de la región de Decápolis, llegó al lago de Galilea. Allí le llevaron un sordo y tartamudo, y le pidieron que pusiera su mano sobre él. Jesús se lo llevó a un lado, aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos y con saliva le tocó la lengua. Luego, mirando al cielo, suspiró y dijo al hombre:
–¡Efatá!  (Es decir, “¡Ábrete!”).

Al momento se abrieron los oídos del sordo, su lengua quedó libre de trabas y hablaba correctamente. Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, tanto más lo contaban ellos. Llenos de asombro, decían:
–Todo lo hace bien. ¡Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos!

MEDITO LA PALABRA

El verano llega a su fin, y con él llega de nuevo la vida, con su ropaje más ordinario. A muchas personas les irrita septiembre llegando incluso a incubar ese síndrome de nombre raro «post-vacacional». Es verdad que a todos nos gusta esa parte de la vida más despreocupada y festiva. Parece como si la vuelta al «ruedo» de las ocupaciones nos trajera la nostalgia de las olas perdidas en agosto y los baños de sol mientras nos turrábamos en la arena. Esa nostalgia de las vacaciones acabadas ¿no será nostalgia de todo lo bello y simple que tiene la vida? La fiesta, el ocio, ¿no será nostalgia de una vida despreocupada y gozosa que dificilmente acabamos de conseguir? Te quiero sugerir que detrás de la nostalgia postvacacional quizás esté la nostalgia por encontrarte de nuevo con Dios, al que hoy voy a llamar «Padre del ocio y de la fiesta».
¿Qué tiene que ver esto con el evangelio de hoy? Pues mira. La historia del sordomudo es la historia del hombre que no tiene ya capacidad para escuchar ni para comunicarse. Es la historia del hombre/mujer estresado, desquiciado por los quehaceres de la vida. Jesús se lo lleva a un lado, le toca el oído y la lengua con su saliva, y luego invoca a su Padre Dios para que le haga sentirse otra vez vivo y feliz. Y el «Sordomudo» volvió a escuchar los sonidos del mundo y recuperó la comunión con los demás.
La Palabra de Dios es un regalo para nosotros. Jesús nos dice a cada uno: «ABRETE». Abrete a lo bueno de la vida, a lo sencillo. Abrete a la verdad, esa que llevas en tu interior: date espacios de silencio para encontrarte contigo mismo. Abrete a los demás, a aquéllos más cercanos a ti y también a esos que más necesidad tienen de tu ayuda, de tu presencia. Jesús te dice hoy: «Yo te regalo la vida: conviértela en una fiesta cada día. Aunque tengas que trabajar, volver al estudio o atender a tu familia». Que te sientas curado y libre escuchando esta Palabra.

REZO CON LA PALABRA

Señor de la Vida,
te ofrezco mi persona
para ser portavoz de tu mensaje.
En mi voz tus palabras, Señor,
para dar a conocer
tus enseñanzas.
En mi voz tus palabras, Señor,
para servir a tu causa
y anunciar tu presencia.
Abre, Jesús,
nuestros oídos y boca,
para llenarlos de tu mensaje,
para ser tus testigos
y el eco de tus palabras.

Archivada en: Jesús te habla, Portada

JESÚS TE HABLA:»SOLAMENTE CREE»

junio 27, 2009 por Txetxu 3 comentarios

talita-mediaLEO LA PALABRA (Marcos 5, 21-43)
-La hija de Jairo y la mujer enferma-

Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla. Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies suplicándole con insistencia:
–Mi hija se está muriendo: ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva.
Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor. Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias. Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado cuanto tenía sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. Esta mujer, al saber lo que se decía de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó el manto porque pensaba: “Tan sólo con que toque su manto, quedaré sana.” Al momento se detuvo su hemorragia, y sintió en el cuerpo que ya estaba sanada de su enfermedad. Jesús, dándose cuenta de que había salido de él poder para sanar, se volvió a mirar a la gente y preguntó:
–¿Quién me ha tocado?
Sus discípulos le dijeron:
–Ves que la gente te oprime por todas partes y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’
Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había sucedido, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. Jesús le dijo:
–Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y libre ya de tu enfermedad.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña:
–Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijo al jefe de la sinagoga:
–No tengas miedo. Cree solamente.
Y sin dejar que nadie le acompañara, aparte de Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, se dirigió a casa del jefe de la sinagoga. Allí, al ver el alboroto y la gente que lloraba y gritaba, entró y les dijo:
–¿Por qué alborotáis y lloráis de esa manera? La niña no está muerta, sino dormida.
La gente se burlaba de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la madre y a los que le acompañaban, entró donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo:
–Talita, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo: levántate.”)
Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la gente se quedó muy impresionada. Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a nadie, y luego mandó que dieran de comer a la niña.

MEDITO LA PALABRA

Seguro que recuerdas la tempestad del domingo pasado, y cómo Jesús la calma ante el asombro de sus amigos. De aquel episodio, los discípulos recordarán siempre una palabra: CONFIANZA, es decir, FE.
El pasaje de hoy es continuación de aquel. La barca ha vuelto a tierra y la gente espera a Jesús. Allí le espera Jairo, que con su petición, moviliza a Jesús. Su hija de 12 años se le muere, y consigue que Jesús vaya a verla.

Entre tanto, se nos cuela una segunda escena, que en principio no tiene nada que ver: una mujer de las que estaba allí toca a Jesús con mucha FE para ver si tocándole se le cura su enfermedad. Digo que en principio no tiene que ver este episodio con el de Jairo porque son dos historias distintas, pero ambas están unidas por la CONFIANZA-FE que tienen esas personas en Jesús. Si te das cuenta, Jesús reacciona positivamente cuando una persona CONFÍA en El. Casi diría que la curación viene por la Fe de las personas, y no tanto por el poder de Jesús. O dicho de otra forma, el poder de Jesús solo se manifiesta cuando las personas nos abrimos de corazón a la acción de Dios. El mayor milagro es el confiar en que para Dios nada hay imposible. Cuando esto sucede, cualquier milagro es posible.
«Hija, vete tranquila. Tu fe te ha curado», le dice Jesús a la mujer. Y a Jairo le dice estas otras: «No tengas miedo. Solamente cree».

Te sugiero que leas despacio otra vez el evangelio. Que te metas en la escena y que mires cada uno de los movimientos que se producen, como si fueras un espectador de lujo. Mira a Jesús cómo mira a la gente, cómo escucha, cómo habla. Después, dialoga tú con Él, y háblale de tu «falta de fe», y de las ganas que tienes de ser un discípulo más creyente. Cuéntale otras cosas que llevas en el corazón: Él está deseando saber de tus confidencias y de animar tu vida un poco cansada y rutinaria.

REZO CON LA PALABRA

Dios, ¿eres real?
Dios, ¿eres real?, murmuró el niño.
«Dios, habla conmigo»
Y entonces una alondra del campo cantó,
pero el niño no escuchó.
Volvió el niño a gritar:
«Dios, háblame!»
Y un trueno resonó por todo el cielo,
pero el niño no escuchó.
El niño miró alrededor y dijo,
«Dios, déjame verte».
Y una estrella se iluminó brillantemente,
pero el niño no se dio cuenta.
Y el niño gritó,
«Dios muéstrame un milagro!».
Y una vida nació,
pero el niño no se dio cuenta.
Entonces el niño lloró desconsoladamente y dijo:
«Tócame Dios, y así sabría que te encuentras aquí !»
Y Dios se inclinó y tocó al niño.
Pero el niño alejó la mariposa, y se apartó sin saberlo.

Archivada en: Jesús te habla

JESÚS TE HABLA: «¿TODAVÍA NO TENÉIS FE?»

junio 20, 2009 por Txetxu 2 comentarios

tempestad-mediaLEO LA PALABRA (Marcos 4, 35-40)
-La tempestad apaciguada-

Al anochecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos:
–Pasemos a la otra orilla del lago.
Entonces despidieron a la gente y llevaron a Jesús en la misma barca en que se encontraba. Otras barcas le acompañaban. De pronto se desató una tormenta; y el viento era tan fuerte, que las olas, cayendo sobre la barca, comenzaron a llenarla de agua. Pero Jesús se había dormido en la parte de popa, apoyado sobre una almohada. Le despertaron y le dijeron:
–¡Maestro!, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?
Jesús se levantó, dio una orden al viento y le dijo al mar:
–¡Silencio! ¡Cállate!
El viento se detuvo y todo quedó completamente en calma. Después dijo Jesús a sus discípulos:
–¿Por qué tanto miedo? ¿Todavía no tenéis fe?

MEDITO LA PALABRA

Hoy la Palabra nos habla de «Tempestades». La experiencia nos dice que las hay marinas y terrestres: en aquéllas el oleaje y los vientos ponen tu vida en el filo de la navaja; en las de tierra son los sucesos de la vida los que ahogan nuestros sueños e ilusiones. Mucha gente -jóvenes sobre todo- dejan de creer en Dios cuando llegan los problemas de verdad, y no saben lo que se pierden.
Creer, lo que se dice creer, no es cosa de niños, aunque se necesite alma de niño para confiar contra toda esperanza en tantos momentos de la vida. Creer es cosa de hombres y mujeres adultos, que saben lo que cuesta mantener un compromiso, ser fieles a la palabra dada, ser honestos en la vida de cada día.  Creer es atreverse a confiar en Dios cuando todos los caminos se cierran.
Por eso, el pasaje de Jesús en la barca que leemos hoy se refiere sobre todo a las tempestades «terrestres», y no tanto a un episodio de pesca. Lo más interesante es esa impresión que tienen los discípulos de que están solos: se parece mucho a la nuestra cuando decimos ¿dónde está Dios ahora? ¿por qué no me soluciona mis problemas si tanto me quiere? Sin embargo, Jesús parece dormir. Lo más importante en estos momentos es estar convencido de que EL está en la barca; que no salta fuera de ella jamás.
El final del relato es maravilloso. Jesús exhorta a los elementos y viene la calma. Necesitamos invocar a Jesús para sentir de verdad su poder dentro de nuestras tormentas personales. Jesús es la Palabra que calma nuestra angustia, que da paz a nuestras luchas, que da sentido a nuestro vértigo.
¿Por qué no le invocas y le pides que dé paz a «tu tempestad»; a Ésa que en este momento vives con más virulencia?

El te ayudará todos los días de tu vida. Confía y no temas.

Archivada en: Jesús te habla

  • « Página Anterior
  • 1
  • …
  • 8
  • 9
  • 10
  • 11
  • 12
  • …
  • 16
  • Página Siguiente »

somalojoven tu punto de encuentro

comparte tus fotos, tus opiniones etc… hashtag #somalo2022 #VeranoSalesiano
@somalojoven12

Síguenos

Arriba

Copyright © 2023 · PASTORAL JUVENIL SALESIANA· Contacto · Acceder